Tragedia

Cuando la psicóloga me pregunto que fue lo mas trágico que me paso en la vida, me puse a pensar y a repensar, a repasar mis vivencias, mi infancia, mi preadolescencia, los cambios, los abandonos, las traiciones, aquellas noches donde pasaba horas y horas llorando hasta dormirme porque estaba sola y no tenia quien me diera las buenas noches, o aquellas otras donde me despertaba y tampoco había nadie ahí para calmarme y decirme "Esta todo bien, estoy acá." Pero no, no estaba todo bien porque no estabas acá. Sí, vos. Te hablo y te converso porque se que éstas. En algún lado tenes que estar porque no me resigno a vivir la vida sin buscarte.
Aquella vez, sentada en el consultorio de una salita municipal, sentada frente a una mina la cual no me acordaba su nombre ni nunca iba a saber nada sobre su vida, me pareció que todo lo que viví nunca había sido demasiado trágico. Nunca me quebré, nunca estuve internada, nunca una enfermedad grave, nunca un golpe demasiado fuerte. Ni siquiera la pérdida directa de un ser querido. A comparación de otras personas tal vez nunca viví una tragedia. Tendemos a compararnos y decir: "Dejate de joder, hay gente que no tiene ni para comer", negandonos el derecho a sufrir, el derecho a llorar hasta moquear y después sentirnos limpios otra vez. Entonces, ¿que es lo mas trágico que viví hasta ahora? Para mi, no haberte conocido nunca. Tal vez falsas ilusiones y pasajeras visitas te dan ese gustito en la boca, pero no es lo mismo saborear el hueso que comer la carne. Por eso para mi, amor mio, mi mas grande tragedia es no haberte llegado a probar nunca. Compañero, o tal vez compañera eterna yo sé que estas ahí. Preguntandote, en algún lado del mundo, donde estoy yo. Mientras tanto, entretengamonos llenandonos la boca de calentura con gustito a amor, y tratemos de calmar el apetito. Juguemos con aquel hueso con restos de carne que dicen se llama confianza, seguridad y autoestima, lo suficiente para sobrevivir y no para saciar el hambre. Ojala leas esto cuando estés a punto de caer en la tentación y no te enamores del hueso, porque guardas esperanza. Porque quien quiera que seas, donde quiera que estés, mereces más. Yo sé que sí. Mereces, merezco, merecemos amarnos, amar con locura, amar con tranquilidad, amar las discusiones para amar también las reconciliaciones. Amar pensar en el futuro y no mirarlo con miedo. Amar las diferencias que abren la conversación. Amar conocernos despacio y nunca aburrirnos. Amar sorprendernos el uno del otro cada día con algo nuevo. Amar las besos y las caricias cuando los miedos y las frustraciones nublan la mente. Amar amarnos.
Amor de mi vida, se que me falta mucho por vivir, pero no me resigno a vivir sin buscarte ni esperarte aunque eso signifique una tragedia.

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