Rutina

Cuando el reloj marca la soledad
donde el silencio aturde
y la obscuridad encandila
yo busco una salida.
Tal vez tus ojos me salven de esta vida
impaciente mi corazón palpita
mi piel ya no aguanta esperar tu cercanía
semejante a tus labios que matan
abro este camino a ese dolor que me encanta.
Como el filo de tus palabras
este tambien me hace sangrar
pero este dulce dolor me hace meditar.
Al fin, puedo descansar, tu honradez ya fue vengada. Me voy a dormir, sabiendo que estas en paz.

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